Nada como andar de arriba a abajo manejando. En algunos post anteriores toqué el tema y mostraba mi gusto por la carretera, esa maravilla. Ahora vuelvo a las andanzas por razones laborales y la costa sur se abre a mí con toda su fuerza: torrente sol, bocanadas de calor constante, gente en bicicleta, mujeres de pocas ropas y paisanos relajados, amables y de buena charla.
Manejar es una forma de vida. Desde que Ford y su modelo T saltaron a las masas en 1908, el ansia exploratoria humana se trasladó de los océanos y ríos (vías naturales) al mundo terrestre y sus venideras autopistas. Se cambió el suave deslizarse en el agua por el brincoteo de las piedras y el polvo.
La vida de un transportista ha de ser cosa de la poesía. Tienen mancillada la madre por el resto de nosotros que se la mentamos desde el auto cuando parsimiosamente van en el carril rápido, cuando se les descompone el trasto ese o simplemente por existir. Conste que no hablo de ese subgénero choferístico conocido como camionetero citadino o departamental, histéricos que poco a poco se convierten en asesinos en masa de las masas.
Si no del trasnacional, el que maneja 18 horas seguidas, haciendo paradas en caseríos sobre la ruta y comiendo diferentes comidas en diferentes países. ¿Qué pensará en esas soledades? ¿Hay necesidad o gusto en su oficio? ¿Cuántas amantes tendrá? Neruda habla del amor de los marineros que besan y se van, en este caso va acompañado de olor a fricciones, sudor de diferentes soles y un único y compañero dolor de lumbares que lo llevará a la ruina.
Es una logia que se contiene a sí misma con todos los problemas que tiene: tráfico de estupefacientes, inmigrantes, cargas robadas. Corsarios al mejor postor. Pero lo que me intriga es eso, lo que les come la cabeza o pecho: las ansias de no estarse quietos, el movimiento primigenio. A veces pienso en seguir mis impulsos narrativos y lanzarme a la calle. La experiencia de la carretera concede un tipo de sabiduría rara, práctica y útil unicamente para aquellos que saben lo que es el encierro.
(Foto prestada de http://www.burroblogpty.blogspot.com/)
4 comentarios:
He disfrutado mucho esta lectura. Me ha divertido la descripcion del transnacional...:-) muy realista.
Si'..cierta economia se desarrolla sobre cuatro ruedas tejiendo todo un submundo a su alrededor que es el que tambien produce tramas insospechables...entre emociones de todo tipo.
Yo creo que ademas hay que tener coraje, hay muchos peligros..
nadie regresa igual de un viaje asi.
Un abrazo!
Gracias Tictac! Siempre son agradables tus visitas. Los choferes tienen la mirada diferente, a mi criterio... he conocido a varios y escuchan mucho antes de hablar. Además, que son buenos para pelear y para los tragos, tienen violencia adentro y afuera. Saludos y de vuelta el abrazo!
Huy este post me llegó... Mi auelo era piloto, tenia un camión en el que se recorrio toda centroamerica y mexico, Tio le decian. Uff era una persona super interesante le podia preguntar de todo que siempre tenia respuesta jajaja su truco era leer completitas todas las revistas de Selecciones. Lo mejor de el regreso de sus viajes eran los KCTS pirateados que me traia (si en ese tiempo no habian cd´s) hasta que un dia de esos sufrio un infarto en su camion, prcisamente en la frontera con Mexico, todavia me llevó de regreso mi ultimo Kct que era el del fabuloso Pablito Ruiz...
Buen post...
saluditos
lu!
Gracias por compartir Lu!, tu historia confirma mi teoría y espero que hayas disfrutado tu música internacional... (Pablito Ruiz! Estará preso? Raptado por alienígenas?) Un abrazo!
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