TRES DÍAS, RESUMEN DE UNA VIDA BANDIDA

A veces los astros confluyen, gravitan y lanzan designios que derivan en rachas de millonarios o más tifones para Bangladesh, o sin ir tan lejos, narcomasacres en Zacapa. Pues este fin de semana pasado fue una de esas veces. Aquí los pormenores...

Viernes
Listo, me levanto para el trabajo y en la 8a. avenida y 5a. calle de la zona 1, a dos cuadras de mi casa, un señor se pasa el semáforo y me desmostoló. Me chocó y afortunadamente salí ileso. En una oportunidad, hace como 10 años, andaba seduciendo a una chica y camino a su casa atropellé un perro negro y pensé en El Cadejo y que, joder, me había cagado en un hito oral guatemalteco. Seguramente sí era ese can infernal el que atropellé y su fantasma se quedó conmigo para la eternidad porque nunca he tenido graves accidentes y eso que la fiesta es mi copiloto.

Me robaron la billetera con los papeles del carro y me tocó hacer el trámite a pie ya que a simple vista el agente de seguros dijo que fácil eran dos semanas sin auto. Lo bueno es que mi remordimiento ecológico acabó al saber que durante 15 días no contaminaré con carburantes. Prefiero que lo haga el taxi que contraté para que me lleve y traiga (lo sé, lo sé, el cinismo se me da fácil). No fue sino hasta la noche que caí en cuenta que me dolía la rodilla y la mano derecha. Me fui por unas cervezas con Julio Serrano y nos juntamos con Alan Mills.

Conocí a Leandro y Lisandro, dos hermanos argentinos dedicados a no sé qué cosas de la arquitectura, el arte moderno y algún proyecto editorial por allí. Densos. Terminamos en el Pasaje Aycinena en la zona 1 tomando más cervezas y degustando la velada con la fauna centro histórica. Simón Pedroza me vendió un libro y confimé lo que dije sobre que me gusta leerlo a escucharlo leer. Proyecto interesante que se trae entre manos. Wendy y Alejandro. Paco Fión y Villacinda, la Ceci, los hermanos Barrios de Xela, entre otros. Terminé al velada en el oscuro Badd Attitude donde conocí a una chica que conocía Las Breves Conversaciones de la Sicosis, que bien.

Sábado
Me desayuné una pizza de dos días. El proceso de fermentación del queso mozzarela si se deja afuera ofrece un bouquet muy interesante, añejo, y sabe muy bien cuando se recalienta les digo. Por la tarde fuimos a Antigua con Alan para asistir al día internacional del libro en la Cooperación Española. Vimos una entrevista en vivo de Ana María Cofiño entrevistando a una historiadora que hablaba de no sé qué procesos de estudio al momento de recopilar información sobre la década de la Primavera en Guatemala (1944/54) y se metieron en loas hacia el pasado y qué hueva...

Subsanados, nos atravesamos la calle a encontrarnos con Paco Méndez, tomamos cervezas de barril casi al borde del congelamiento. Muy refrescantes. Justo a la entrada de Cooperación Española estaba la camarilla del infierno: Ronald Flores, Javier Payeras, Lorena Flores, Olga, Julio Serrano, Jorge Rodas, Sthefanie Falla, Paco Méndez, Michelle Juárez, el Alan, Rudy Girón, Cristina y yo. Nos tomamos fotos (que subiré en algún momento).

La conferencia de aquellos era sobre la colección Mar de Tinta de Piedrasanta que publica a Payeras, Méndez, Flores y a Ana María Rodas y fue un conversatorio con ellos. Cada uno tocó temas por demás interesantes. La brecha gerenacional entre el panel y Ana María fue abismal. Concuerdo en que cada nueva generación de escritores se pelea con sus predecesores, para no cometer los mismos errores, pero que no por eso hay que quedarse callado como sugirió en un momento Ana María. Completamente de acuerdo con Paco Méndez cuando dice que los escritores hegemonónicos (pero de qué? obras malas, disímiles, aburridas) no leen a los nuevos que valga aclararlo, sí tienen obra, una propuesta muy diferente a lo hecho anteriormente, fuerza y talento de sobra. Me da pena que se piense que para ser escritor reconocido hay que esperar que se mueran absolutamente tooooooodos los viejos para que se empiece a leer la obra... bullshit...

Ya enojados nos cenamos hamburguesas con chela y fuimos a bailar. Cosas raras las del enojo, nos paramos separando en dos grupos, unos a saber qué destino tuvieron, otros, nos fuimos caminando hasta el bar de tequila Nosé. Allí tomamos y la pasamos relativamente tranquilos hablando de devenires literarios, bromas entre todos y a la orilla de una empedrada calle de la ciudad colonial que me hace pensar en una cosa...

Me siento un extranjero en ese lugar. Entramos a la Sinventura y si bien me gusta el reaggetón y bailotearlo, sangundearlo, métela, sácala, baila como caballo, caballo, caballo, no puedo estar en discotecas llenas de tanta gente (aprendices de pop stars y tropiputas, como concluimos antes de salir corriendo) que intenta bailar en una masa humana que si mi abuela la mirara diría que parece chimadero de culebras. Demasiado para mi gusto de buena charla y buenos tragos. Allí había mucho sonido y mucha gente.

En el café Nosé, la gringada se sienta a charlar de sus viajes y nada más; aparte de eso, de intentar ver para adentro se encuentra nada, me cuesta intimar con esa gente. Me pasó rápido el gusto por las rubias, creo que la culpa fue vivir en Minnesota donde era un lunar entre tanto pelo amarillo. En todo caso prefiero el fuego latino, la piel morena, los ojos negros y caderas que hacen posible la rotación de la tierra. And of course is not a matter of languaje, es de visión de mundo (tengo buenos amigos de afuera, no lo crean que generalizo).

Por la madrugada fuimos víctimas de la Policía Nacional Civil, la patrulla 11-043 nos paró para pedirnos mordida. Si bien nuestro amigo Jorge olía a cerveza, no estaba borracho. Nos ofrecieron cárcel, tribunales, Preventivo. Puta, ve que hijos de su chingada madre! Intento ser respetuoso de las leyes pero lacras así lo frustran a uno.

Ya que estaban amenazando con sendas penas, pues a decirles lo siguiente y si no lo saben, pues apunten: la Policía Nacional Civil puede conducirlo a uno a la torre de Tribunales si solo sí hay delito, si es una falta no. Andar con olor a cerveza es una falta, no un delito. Chocar un carro en estado de ebriedad y lastimar propiedad privada o pública, es un delito. Andar con olor a cerveza NO ES DELITO, es una falta. En todo caso la PNC debe llamar a Emetra para que hagan una prueba de alcoholemia, retirar la licencia y en caso extremo, esperar que se le pase la borrachera a uno.

Pues le dije al cabrón ese que (bueno, antes me presenté como periodista y escritor) que lo iba a denunciar. Así como el maldito nos quería extorsionar, yo lo extorsioné de regreso. Finjí una llamada que nos enviaran un fotógrafo de turno a tribunales porque nos conducían ilegalmente y que prepararan todo, que llamaran a los abogados y que disculpara la hora en que hacía la llamada pero que la Policía Nacional Civil nos tenía retenidos violando los procesos regulares en caso de sospecha de ebriedad en el conductor. Perros, nos dejaron ir. No sin antes regalarles varios libros para que se ocupen en sus turnos y dejen de joder a la gente... desgraciados, pero si son delincuentes ya se hacen las bestias, no les cuesta mucho, les huyen. Pero a nosotros, a los que deberían de protegernos, nos chingan! Pues es hora de chingar de regreso, NO NOS DEJEMOS DE ESOS CABRONES!

Al llegar a la casa, una llamada de Paco Fión que chocó culpa de un tipo que iba a "excesiva", utilizando los términos policiacios... ojalá todo te salga bien hermano.

DOMINGO
Mi hijo me mira con ojos claros y me pide jugar con un freesbie. No sabe cómo utilizarlo, le enseño: no se tira como pelota, se desliza, así le digo y tuerzo la muñeca hacia adentro y con un golpe perfecto hago que el plato se deslice por el aire cerca de 30 metros. Me admira y mi corazón no me cabe de alegre.

Salimos al supermercado y ambos, cómplices, nos dedicamos a degustar cualquier cantidad de muestras que dan... jamones, quesos, jugo de naranja, leche de chocolate, galletas, más queso, salchichas, chorizos, longanizas, más jamón y jugo, mucho jugo porque nos da sed estar juntos, nos da sed vernos. Sed de vernos. Nos tomamos y todo se olvida, se perdona, la mente se pone clara y quiero llevármelo a viajar por un libro de Robert Louis Stevenson, no hay mejor mapa para la infancia que la lectura.


(FOTO DE WWW.REPUBLICAREINODEBACO.COM)