EL BRINDIS DEL MARERO

Este año que hoy nos deja fue un año de cambios en muchos aspectos, cambiamos de gobierno para mal, pero no es de extrañarse, algo normal en nuestras latitudes. Llega el primer presidente de ascendencia negra a la presidencia del mundo, a ver qué hace Obama y la bolsa de Nueva York, por lo tanto la economía global, se resquebrajó con consecuencias catastróficas en las altas esferas que aun no las sentimos del todo en Guatemala.

En el ámbito personal, cambié de carrera y me hice empresario. Dejé el periodismo porque si bien es un campo apasionante, los cada vez más escasos dineros, no me alcanzaban. Sólo para darme cuenta que la responsabilidad es mayor, ya que si antes dependía solamente mi persona y mi hijo, ahora cargo cerca de 50 familias en mis decisiones, acertadas o no.

Me siento bien. Ya mañana entramos al siguiente año y el reto es enorme en muchos aspectos. Como país nos toca una de las crisis económicas más fuertes, como personas, nos toca afrontarla de cara y a nadar contra el oleaje. La violencia nos golpea cada vez más fuerte y más cerca. Los titulares de los diarios nos van tocando la puerta cada vez más seguido.

¿Cómo aguantarla? A saber, siempre el espíritu humano se sobrepone a todo. Algo que años de leer historia me lo afirman. Considero que hay puntos medulares en esto: el buen humor, la sagacidad y el trabajo duro. Esto se aplica a todo aspecto del quehacer: artístico, político, familiar, laboral.

Si algo he aprendido en este corto tiempo que llevo de manejar personas es que quien quiere trabajar, trabaja, a pesar de sus demonios y limitantes. Las condiciones de crecimiento que tanto somataba en la mesa don Lico Nietzsche, y muy acertado él en mucho, pero seguro volvería sobre sus pasos al vernos ahora.

Mi primer amor es la literatura. Sin duda. Y estoy plenamente entregado a ella, rendido a sus pies. Así que este 2009 tengo que publicar lo atrasado, los tres libros ya listos desde hace mucho tiempo: Los Poemas de Sam y Libretas (poesía ambos), así como El Verdadero Dolor no es Instantáneo (novela). Sirva esto un anuncio a los editores que estaré chingando hasta el hastío.

Un fraternal abrazo a todos ustedes amigos y amigas que me acompañan en mi tiempo. Nos seguiremos viendo siempre y les deseo lo mejor. Estaba haciendo una versión completa del poema sui generis de fin de año de Guillermo Aguirre y Fierro, El Brindis del Bohemio, sólo que mi versión llamada El Brindis del Marero; pero me fallaron los tiempos y la burla, así que se los dejo como lo llevaba porque, ejercicio fatuo, nunca lo terminaré.


EL BRINDIS DEL MARERO

En torno de una mesa de bartolina
una noche de cerdos
chingadamente compartían
tres alegres mareros.

Los chavos risa y risa
afuera de aquel sector inquieto
iban a interrumpir su imponente
y profundo chupe en silencio.

El humo de olorosa mota
en espirales se elevaba al cielo
mientras uno se decían a otros
“Qué buena mierda y que buena nota”.

En sus labios habían guisas
conspiración en todos los cerebros
y repetidas rondas de reaggetón
sangundeando al ritmo de Tego.

Era curioso ver aquella clica
de hijos de puta perversos
hablando lingo y rifando barrio
pensando en el Chiqui y El Veneno.

A cada nuevo trago
“Pelame la verga culero”
rebotaba en las paredes
como si fueran las nalgas del portero.

“Y por cierto mire chavo
y qué celebramos pues”
y contesta uno de ellos
“las postrimerías de un año viejo”.

“Postrimería... tu madre, maje”
contesta el más pedo
sin saber que el término
se refiere a un final añejo.

Tengo una idea, culero
rimemos versos y cantemos
a las guisas que nos llegan
y nos cobran el impuesto.

“Yo recuerdo a aquella
que era la dueña de mis chayes
pero se fue con uno de la 18
y le tuve que quebrar el culo”.

“Yo le canto a la otra
que trabajaba en la sexta
me la llevé al catre
y le saqué cuaches”.

“Simón, yo le canto a aquella
que entre broma y broma
la verdad asoma
y cabal que tenía paloma”.