ÍNDICE DEL DESEMPLEO: Sucumbiendo al desespere

Luego de leer la Crónica del Desempleado de mi amigo Allan Martínez, me quedó una reflexión entre ceja y ceja. ¿Qué sucede cuando la desesperación ataca y la tripa se pega a la columna vertebral? ¿Quien se dedica a esos empleos engorrosos y tristes que casi nadie toma?

Ante esto, cualquier cosa es buena. No importa que no haya empleo, se inventa uno. Donde hay una necesidad hay una oportunidad y ni modo, no vamos a dejar de comer ¿verdad? Porque ya muerto para qué quiere uno la vida, diría mi amigo Xibalbá (Jorge Arturo Rojas).

En el messenger con Allan nos dedicamos a eso, a espulgar el abanico de posibilidades para descubrir qué es lo más patético que tocaría hacer para ganarse los alimentos. Y salió el siguiente listado, lleno de escatología y políticamente incorrecto.

Ladrón decente
Es decir, aquel que a lo Robin Hood toma partido de los pobres y roba todo lo que puede con la diferencia que los pobres son su familia y el bosque de Sherwood, el Hiper Paiz. El ladronismo es una filosofía que se basa en que no se roba, se recupera. Y hay que hacerlo en complicidad para fines del éxito. Vienen a mi mente la comedia Il Mostro, con Roberto Benigni, donde estratégicamente roba sus enseres para vivir decentemente, el clip de arriba ilustra mejor este oficio que puede llegar a ser un arte.

Sparring de boxeador guatemalteco
Después de Motta, el ganador de la medalla de Bronce en las olimpiadas de Los Ángeles 1984 en mini mosca boxeo, la historia de los vergazos como deporte, no ha dado mayor logro en competencias internacionales. Y lo digo con todo respeto. En una oportunidad entrené boxeo y como era el nuevo, me pusieron de sparring de un salsa chaparro. Yo venía de Kempo y Jet Kune Do. Lo hice mierda - pensé -. Sucede que el media vida que me tocó era una máquina de box. Y realmente me pijasió todo. Todo. Así que luego de dos semanas de estar recibiendo atol de parte de ese hijueputía, mandé a la chingada mi breve pero intenso paso por el cuadrilátero, pensando en lo triste que ha de ser decirle a tu mujer, bueno mi amor ya vengo, voy al trabajo. Y sos el sparring de un boxeador guatemalteco que nunca va a lograr nada sino destruir tus facciones y autoestima. Recibir penca de un perdedor, la facultad de Humanidades nunca te preparó para eso.

Hueco esquinero
Bueno, al final de cuentas no sos tan feo. Y te invitan a una fiesta donde conocés a un promotor de eventos que te ofrece un trabajo posiblemente no tan decoroso pero lleno de glamour: stripper. Y sí, te imaginás al viejal detrás tuyo. Llega el día de la fiesta y te das cuenta que el lugar está repleto de culos, pero culos de hombres. Ponés cara de cuando el Zorro descubrió que habían pistolas y no espadas, carros y no caballos. Y lo peor, estás disfrazado del Zorro. Años después recordarás esa noche como la mejor de tu vida, ya que estarás degradado a una esquina ofreciéndole felaciones a los autos polarizados que pasan, mientras tu esperanza es que la almohada de la pensión, esta vez, no huela tan feo.

Cuidacarros
Son las ocho de la noche y estás saliendo de 34ava entrevista de trabajo de ese día. Te aflojás la corbata y somatás el currículo con la copia del tìtulo de licenciado, la maestría y doctorado en ciernes. La cara desencajada de tanto sonreir, sentado en la banqueta cuando aparece un auto y se baja un tipo que te tira un billete de Q20 y masculla un "bien cuidado". Cuelgas el saco en una rama de árbol, la camisa arremangada y a rechiflar a cada uno que se estacione. En total, en cinco horas, solamente te amenazaron de muerte 17 veces, apenas rompieron 35 cristales y se robaron un BMW. Ganaste Q640. !Trágate eso universidad! Si el estudio da frutos, que estudien los árboles.

Policía
Sin comentarios.

Modelo de manos de revista gay
Ok. Como buen escritor acostumbrado a no tener que hacer ejercicio físico ni trabajo manual, las manos se mantienen tersas y prístinas. Y justo el clasificado "Se buscan manos de hombre bien cuidadas para modelaje". El trabajo, es sencillo. Ponerlas así frente a la cámara y dejarlas quietas mientras un moreno coloca sus 27" de carne cilíndrica entre tus cuidadas manos y flash, flash, flash. A ver - dice el director de arte de la toma - muévalas de arriba a abajo, exacto. Dos horas después se camina a la casa con un fajo de billetes y la mirada perdida pensando en que nunca más serás el mismo, sientiendo aun la tibieza de la venuda en tus palmas. El fin de la masturbación para un heterosexual.