VOLCÁN, ANÁLISIS POP DE JOSÉ JOSÉ (EL GRANDE, EL HOMBRE, O SIMPLEMENTE... ÉL)

"Es mejor amar y perder, que no amar del todo". Quien inventó esa frase... es un imbécil. Simple. Seguramente nunca sufrió o le gusta hacerlo. El asunto del amor es que es una mezcla de necesidades físicas, mentales, espirituales, sádicas y permutación de traumas. Por eso cuesta entenderlo y en ese contexto, nadie más versado en el tema, que José José. El hombre, o simplemente Él.

A mi criterio, este es el Rey. No Vicente Fernández, no Elvis, no Jim Morrison, no Michael Jackson (sorry dear). Por eso, actualmente trabajo en la redacción de un documento en Esperanto (el idioma señores, por favor no confundir con el bar) una moción mundial para que regresemos al monarquismo, donde José José sea el rey del mundo (para bien o para mal, en ti confiamos).

En este video podemos ver que el cantante se introdujo en mi cabeza y robó vilmente mi idea de apartamento que tenía. Que no está mal. Aunque en mi sueño el micrófono está pegado al techo estilo ring de boxeo, no se toma de una mesita de noche. Esa mezcla entre vivienda y vivero, que me gusta llamar "el viviero", es una regla de cualquier artista del amor. Nos ofrece un mensaje claro: soy moderno y me gustan las plantas, que es como decir, nada.

Podemos observar en la manera que se viste, que es todo un playboy internacional, el exquisito gusto de sus maneras de caballero compiten en las olimpiadas de la elegancia con personajes de la talla de James Bond. Uno asesino de malhechores y el otro de corazones, porque uno mata con arma y el otro desarma con su voz. Eso sí, entre los dos parecen haberle quebrado las tenazas a media humanidad, y haber pasado por las armas (al hombro) a la otra.

Su apartamento es un templo de amor donde sólo podemos imaginar lo que sucede allí dentro cuando los aplausos se quedan en el lobby del edificio. No es por nada que esa habitación tenga parecido con las del autohotel El Omni, donde los elementos decorativos prometen una velada inolvidable. Me han contado.

Su peinado estilo bomba es una epifanía de inicios de la década de 1980: soy rebeldemente... mesurado. Intenté imitarlo a mis 13 años pero el exceso de spray de pelo Taft y una sobredosis de gelatina VO5, combinado con fuertes peinadas de carey, se amalgamaron para formar un derivado de Super Bonder. Pueden ver el resultado en una irreparable pérdida de cabello a través de mis años mozos.

Es conmovedor cuando canta frente a las fotografías artísticas tipo poster en la pared, sobre su alfombra de grama ecosintética. Lo que parecen estertores en su canto, firma patentada de sus emperadoras interpretaciones, no es algo ensayado. Es un brinco que le pega el despecho, la emoción, al cantar la desgracia de toda una generación, de una especie que se entrega a su par con el corazón a puertas batientes.

Y eso sí, oh grande Él, ha sufrido por nosotros, porque tanto amó José José a las mujeres que se mandó a sí mismo para involucrarse con las nefastas para evitar que los incautos y puros de corazón cayeran en esas garras. ¿Entienden ahora el por qué de sus temas de canciones? ¿No merece el Premio Nobel del Paz Paz?

Así, el Príncipe de la Canción, se dedicó a limpiar a toda una generación de hombres de las aprovechadas, de las vividoras, de las malcabrestas, dejando a las dignas para que fueran engendrados sus seguidores. Efectivamente, la vida y obra de este dios encarnado, vale un estudio completo, pero por motivos de tiempo, apenas les comparto este tentempié de lo que es capaz de hacer.

En esta obra equiparable a un canto de cisne en exilio, se compara a sí mismo con un volcán, Krakatoa inminente, en su desempeño vital frente a su existencia. Donde se entrega con tal magnitud que se convierte en fenómeno natural, arrasador de fanáticos, faldas, pero principalmente, botellas. Y allí está su percutor poético.

Para los que no lo sabían, José José es hijo de una gran horchata divina, donde el dios del party Baco se lanzó desnudo desde un segundo piso cuando las musas estaban en el jacuzzi. Zaz por aquí, paz por allá, cachún cachún ra ra por acá, y al levantarse todos con severenga goma, notaron que entre las vides, estaba El Niño José José. Sorprendente cosa lo de la genética, donde observamos el parecido de sus múltiples progenitores.

En Baco, por su innegable gusto por tapis; en Erato y Eturpe, por su afición por la música y la poesía; con Melpómene, por la tragedia; y todavía fue ajustado, según la leyenda, con meados de la Pelangocha, de quien sacó lo cuzco. Elegí este tema porque en un arrebato místico, entre unos integrantes de la ISJJ (Iglesia Secreta de José José, de la cual no hablaré), encontramos la coreografía perfecta de la canción, alabanza mínima para el Señor de Señores.

Por lo tanto, si José José es dios, su hijo es Jesús Jesús... vamos al arte...


Volcán

Besabas como nadie se lo imagina (así son todas al inicio)
Igual que una mar en calma (de las aguas calmas líbrame, Señor... que con las turbias yo me las puedo, Tarzán)
Igual que un golpe de mar. (¡ahhh, la contradicción! Beso y... golpe con golpe yo pago...)

Y siempre te quedabas a ver el alba (la esperanza del mañanero)
Y a ser tu mi medicina, para olvidar. (por eso me gustas, porque te pareces al whisky: rubia y en las rocas)
Ya sé que avisabas hacia tiempo (¿qué cosa Joe Joe?)
"Amor ten mucho cuidado, amor que te dolera. (dale que este lomo aguanta)
Tu no debes quererme yo soy pecado, (pobre José José, si él tan tranquilo, abnegado, sufrido, santo que es...)
Hay dias en mi pasado, que volverán". (mascando chicle, con diente de oro, vestido nuevo y meneando más el culo)

Yo que fui tormenta, yo que fui tornado, (cabal, los juegos de Playland Park)
Yo que fui volcán, soy un volcán apagado. (a veces es sicológico vos...)
Porque tu volaste de mi nido, (pues claro, si el pájaro no canta...)
Porque tu volaste de mi lado, (con todo y Wii, cabrona)
Yo que fui tormenta, yo que fui tornado, (José Mitch le dicen... )
Yo que fui volcán, soy un volcán apagado. (jalea real y Sukrol Vigor, desayuno infalible)

Besabas como nadie se lo imagina
Igual que una mar en calma
Igual que un golpe de mar.
Y siempre te quedabas a ver el alba
Y a ser tu mi medicina, para olvidar. (la nostalgia es reiterativa)

Hiciste que los dias se hicieran noches, (la encerrona del amor yeah!)
A veces era tu cuerpo, a veces era algo mas. (¿drogas?)
Y yo era un pobre hombre pero a tu lado, (ajá, el vividor...)
Senti que era afortunado como el que más. (¡dícelo Chepe Chepe!)

Yo que fui tormenta, yo que fui tornado, (José "el tifón chino" José)
Yo que fui volcán, soy un volcán apagado. (empanizátela en Viagra...)
Porque tu volaste de mi nido, (pero te dejó los huevos, espero...)
Porque tu volaste de mi lado, (preguntale a Sabina en Medias Negras, también le hueviaron)
Yo que fui tormenta, yo que fui tornado, (lo que importa es el ahora...)
Yo que fui volcán, soy un volcán apagado. (Ginsen envuelto en huevos de caimán, receta que hizo que mi abuelo tuviera hijos... después de muerto)