VENTAJA DEL BLOG SOBRE EL PERIODISMO: VACACIONES CUANDO SE NECESITAN

Cuando era periodista mi vida estaba dedicada a escribir. Me pagaban dinero por eso. Podía saber exactamente cuánto ganaba por palabra escrita, cada teclazo suponía un importe monetario para mi subsistencia.

Puedo jurar Biblia en mano que, aunque parezca ficción, los de prensa escrita se cansan de escribir. Admiro principalmente a los reporteros de las notas “serias”: actualidad, economía, seguridad, deportes.

Ellos hacen de eso una especie de ars poetica, casi tienen métricas sintácticas en sus dedos, una rutina, el estilo tan predecible, sanitario, acariciando el adjetivo “soso” dentro de la bolsa de pantalón. Vamos, nada que ver con las divas del periodismo escrito: los de cultura y espectáculos.

Yo que ejercí en esas últimas secciones el 95% de mi fugaz y afortunada carrera, puedo decir que habían días que amasar la información me daba un aburrimiento comparable al de leer periódicos.

Quería entonces que me dejaran ir a tomar daiquirís de sombrillitas, caminar y chistar con los amigos. Durante días. A lo Capote. A lo Wolfe. Y así limpiaba mi genial pizarra mental y empezaba a elucubrar nuevos temas.

La cosa es que todo esto viene porque había descuidado un poco la casa. Fe de Rata a la libre porque el capitán anda borracho y corriendo desnudo. No había actualizado el blog porque, pues, qué hueva.

Así que luego de unos días de limpia, a tomar escoba y empezar la tarea – siempre seria – de escribir por el gusto de hacerlo, por el gusto de compartirlo con ustedes, por la necesidad que siempre anda empujando y porque este calor hijueputa no se quita.