La vida bella de la costa. Nada es más grande que las tardes y el color verde. La gente afable que sonríe con todos los dientes o con todas las encías. La mugre de los niños, el tufo de los bolos.
Tres horas de lluvia rabiosa, castigando a aquellos que por una u otra manera, nos hemos vistos encerrados en sus esquinas intangibles, yendo de un lugar a otro, turistas de las circunstancias.
No me creo posible en otro lugar, no por momentos como este: el entregado padre cargando a su bebé mientras una larga tolva de 32 tiros sale de su pistola, afeando su bella arma, antiestético aditamento a una herramienta letal. Su mujer carga una igual.
En las urbes científicamente modernas y políticamente intelectuales, las declaraciones de pareja se sellan con arras y alianzas. O relojes similares o canciones. En la costa, por pistolas CZ75 de largas tolvas, porque en la vida como en la muerte, el amor.
Ja ja! Excelente foto. Solo que para mi, cimenta mi preferencia por las urbes "cientificamente modernas y politicamente intelectuales"!!!! Abrazos,
ResponderEliminarTrudy
ay, el amosh... su pureza es envidiable. Saludos.
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