La vida se ha reducido a esto. A ver quien mea por mí en la
siguiente toma de muestras de la empresa para que no me echen como han
amenazado algunas veces antes, todas las veces anteriores, siempre. Es meterse
cocaína tres noches a la semana y cinco el día de pago. Es ver transitar las
caras como un carrusel de fantasmas en la oficina, espectros que se quejan y
relinchan o lloran y desaparecen con sus bocas contritas de dolor. Nada me
cambia ni este mundo ni la violencia que tanto la busqué y nunca la encontré.
Pero ahora me lleva de la mano por estos caminos gastados. Aquí huele a Sid
Barret.
Tres divorcios y mi mejor amigo es mi abogado. Mi abogado
que se ha cogido a mis tres ex para mejorar las condiciones de pago. Todas
quieren que les de dinero a cambio del trato, del intrato sufrido, de la ausencia. Necesitan ser retribuidas de algo
que no entienden y yo metido en la literatura como si no hubiera mañana y
corrigiendo textos que no son míos y viendo la cara horrible de mal cogida de
la secretaria, y peor aun, imaginándola como una futura esposa. Alguien a quien
dañar.
La música me ha tomado de rehén. Cuando duermo lo hago
escuchando boleros, lastimeros boleros de cuando vivía con la abuela y el
abuelo ausente, puteando y borracho en las calles, y mi abuela acostada
abrazada de un breve radio de transistores que susurraba boleros y dolientes
canciones de desamor y la vieja lloraba (supongo) su maldición allí con un
nieto de lentes que le daba morbo ver la carne colgada de la carnicería.
Cuando duermo boleros, cuando me despierto rock, cuando voy
al trabajo rock, cuando trabajo rock, cuando regreso rock, cuando chupo rock,
cuando estrello vasos en la calle soy el rock. Eso me va a llevar a la tumba,
la estridencia, la mala voz. Todo. Hice de todo y no serví de nada. Ayer un
marero me quiso asaltar y me ayudó con dos quetzales para el pan. Le doy
lástima a los ladrones, yo debería ser sujeto de campaña política.
“Miren a esta mierda”, y me suben a la tarima. “¿No les da
pena ver el estado de un cualquiera sacado de la calle? Miren cómo se viste,
miren los ojos inyectados de sangre, miren ese aliento a licor, los dedos
amarillos de tabaco y el cincho flojo de la desnutrición. Mírenlo.” Y la gente
estúpida comiéndose un sándwich mientras me mira con el hocico lleno y sorbe
fresco directamente de una bolsa sucia.
Me bajo y me dan Q500 para que me vaya y hasta el otro fin
de semana y me alcanza para cuatro colmillos y un pulmón. La vida seguirá dura,
insoportable, mientras corrijo lo incorregible: cómo escriben los periodistas
de este maldito país.
9 comentarios:
Qué buen texto.
Gracias por la visita Axolotl ;)
Miren esa mierda... me recordo a un cuate que se fue mojado a EEUU y logro el sueño americano, comer hamburguesas y conseguir el status quop de obesidad morbida..
orales...
Horrible, yo tengo otro amigo que se fue a estados unidos y consiguió el status de huevón profesional. Creo que ya sabes quién es jajaja
creo que es el mismo!
Va... es así la descripción, de la rutina y los callejones de insatisfacción, las ratas que nos habitan por encima y por dentro, haciendo carreritas por el gallito en shooping. Los teatritos de papel, cartón y plástico que nos inventamos poniendoles nombres del calibre de: "política, libre empresa, economía, periodismo y rectitud moral" ... imagínate eso.
pero en fin, gracias por el texto (corregido o sin) y me abrió los ojos de un nuevo nicho laboral; ejemplos de mitines para componer lo que nunca ha estado bien por los mismos políticos de turno JAJAJAJA ¡¡¡A ver que se inventarían conmigo!!!! mandaré C.V.
Gracias J.P.
un abrazo
Noviembre
expedicionsintagma.blogspot.com
Estimado Colibrí, seguro encontrarás en ese nicho un espacio para ser personaje. Te agradezco la lectura y seguimos en contacto, visitaré tu blog ;)
Me gustó, llegué aquí de coincidencia, buscando "nihilismo 101" en google.
Bienvenido entonces Pascual, esta es tu casa.
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