viernes, 18 de enero de 2013

APUNTES SOBRE MUTILAR LIBROS: CORTE AQUÍ


Para Javier Payeras, Vania Vargas, Julio Serrano, Max Araujo, Byron Quiñónez, Francisco Morales Santos, María Teresa Martínez, Francisco Alejandro Méndez, Paolo Guinea Ovalle y Gerardo Guinea Diez. Testigos de un chantaje.


Los cuerpos partidos de la guerra se apilan en estanterías de la historia reciente de Guatemala. Allí hay brazos, piernas, torsos, cabezas, manos, pies, sueños, lenguas, poetas, ojos, dedos, familias, nonatos, niños de cabeza estallada, mujeres con el vientre abierto a cuchillo como se parte un melón. Ancianos con la cara estirada de una patada que les mató, penes, testículos, pechos rebosantes de leche pegados a las bocas de breves cadáveres, pechos que aun tienen pegados los labios dulces del amante que fueron cortados ipso facto. Hay miles de botellas de sangre en esas estanterías de la historia reciente de Guatemala.

Este año 2013 nos recibe con la noticia que el Estado de Guatemala desconoce frente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que se haya cometido genocidio en este país, en este pedazo de tierra, un ombligo puyado por su propia mano. Se apoya en un concepto, en una definición donde el estado de Guatemala supuestamente no levantó la mano contra sí mismo y se sacó los ojos para ponerlos en un estante a ver y a no verse como mataba ciego a los demás, a los indios, a los ladinos pobres, a los ladinos de clase media que se dieron cuenta de ello, a los empresarios que se salieron de la raya, a los que no quisieron el chantaje, a los que se salieron del caminito de piedra establecido por mentes profunda y arraigadamente estúpidas. El resto, militares y grandes empresarios mercantilistas, los buenos guatemaltecos que no se metían a problemas, se hacían de la vista gorda, se colocaban grandes audífonos a escuchar el casete de marimba. La misma marimba que ponían en cadena nacional para cada golpe de estado.

Conozco gente inteligente que se niega a verlo, que defiende una posición ideológica mientras corren el telón de la comedia de 30 años, donde no pasó nada y donde se cometieron abusos, excesos, apenas. Es ridículo pensar que tanto se haya hecho, son exageraciones de todos esos comunistas, socialistas de mierda, bastardos de la historia; es fácil pensarlo. Personalmente y créame cuando lo digo, odio y me cae mal el panfleto “social”, los militantes de redes sociales me la pelan, los eternos ofendidos que espamean el FB, Twitter, foros varios. Prefiero seguir adelante, aclarando qué pasó, pero caminando, sobre la marcha que este país hay que rescatarlo trabajando. Es gente inteligente, amigos míos, socios, compañeros de escuela, que piensa igual. No es gente cretina, créanme lo que les digo, pero cuesta – y los entiendo – ver y creer que todo eso haya sucedido en el patio de atrás de nuestra casa, que hay tanto hueso enterrado y que vivimos una película de poltergeist donde los fantasmas acosan. Pero, sepan, cuesta seguir adelante si no se compone la máquina, si no se le extrae hasta el último cadáver de un Abel muerto por Caín, del parricidio, del asesinato selectivo, de la saña como mandato vertical, de los sueños del soldado intentando decapitar a 30 gentes con un machete desafilado: cuesta y daña. Y cuando deja el ejército y es contratado por el crimen organizado, es fácil volver a hacerlo y con las herramientas adecuadas. El rojo restallante círculo vicioso se perpetúa.

Como les digo, si eso no se resuelve, nada camina bien. Se firmó la paz pero el daño en el sistema circulatorio de este país sigue siendo mortal: se nos derrama la sangre y los vampiros vinieron con su cauda de AK´s 47: los narcos. Y aquí estamos con un montón de soldados que aprendieron a matar trabajando en lo que mejor saben: ajusticiando a enemigos y civiles, alquilando su gatillo a las redes de tan negro oficio. Con un montón de ex guerrilleros con la derrota bajo el brazo tratando de lograr un breve reconocimiento tapando carreteras, siguiendo órdenes de asociaciones que les contratan para seguir parando un país en la ignominia y la manutención barata de su modo de vida. Y mientras tanto, todo sigue igual: los jefes narcos reemplazaron a los militares, o simplemente cambiaron de profesión, los otros, siguen de carne de cañón mientras el área metropolitana les toma un odio visceral. Se sigue masacrando, se sigue matando sistemáticamente a un pueblo que tiene que coger como conejo para seguir dando hijos a Marte, a Tánatos, al infierno como se le conoce a Guatemala. Insisto, no puedo creer que los poderes económicos se sienten a dar ciegas gracias cada cuarto jueves de noviembre.

Los cimientos sociales y culturales se ven apolillados hasta el tuétano. Los artistas, los escritores hemos devenido en ejemplos de lidiar con esa herencia. Por eso escribimos sobre esos temas: sobre la muerte, sobre la depravación porque somos un pueblo así: inmerso en el asesinato por tradición: aquí no hay tradición de nada, sólo de defunciones, de baleados a diario: los escuadrones de la muerte ahora montan motocicletas y nos roban los iPhones, peor aun, nos roban la vida y nos heredan las lágrimas: por eso esta generación y su desencanto: por eso la sociedad, esta sociedad, mira con recelo al artista o lee con desconfianza crasa al que escribe sobre esos temas porque se mira reflejado y el reflejo no es bueno cuando detrás hay un marco de muertos. Entienda que no digo que todos los exponentes de arte sean buenos, no. Es una profesión como todas, hay grandes y pequeños, talentos que sobresalen y otros que pasan desapercibidos. En los tiempos de Cervantes y Shakespeare, no sólo ellos escribieron. Fue el arte, la capacidad de resumir un tiempo - su tiempo - lo que les ganó la consagración literaria; y eso no fue instantáneo: pasaron décadas y aun siglos para que se siga descubriendo la maestría de su obra, la lengua de su genio que se extiende hasta nuestros días.

El artista tiene un deber consigo mismo, antes que con la sociedad. Y ese deber es hacer bien el trabajo que se ha propuesto y se auto ungió para ello. Tiene que hacer de su voz, una voz propia, que explique los laberintos que le tocó vivir. Nada más. Es la deuda con la literatura, con el arte. Y si su tiempo fue de torturas y hambre, así sea. Y si su tiempo fue de reyes y fascinación, o de drogas y música electrónica, igual.

Todo esto viene a que ayer jueves 17 de enero una noticia se regó en la comunidad artística: sobres blancos fueron distribuidos a autores, gestores, artistas y editores. Cada uno contenía libros de autores guatemaltecos, libros mutilados. Cortados por la mitad en completo anonimato, es decir, no se identifica al autor de tal “performance” ni mucho menos da pistas sobre su propósito. Esto es, un cobarde anónimo. Pero tal acto no es fortuito, se hizo llegar libros de personas cercanas a los destinatarios, una suerte de investigación muy lograda, un acto representativo sin mayor explicación: los libros guillotinados, con la portada cortada y ya. Fueron distribuidos en entidades gubernamentales y privadas donde laboran los destinatarios de tales mensajes cifrados pero muy duros en su concepto. Uno de esos libros es mío, es Breves Conversaciones de la Sicosis, editado por Editorial Cultura en 2006 e ilustrado en la carátula con una obra pictórica del escritor Javier Payeras. Coincidentemente, a Javier fue a quién le llegó mi libro partido a la mitad, nos une con él, amistad y hermandad adquirida. A Vania Vargas uno de Julio Serrano, a Byron Quiñonez le correspondió un libro de Francisco Alejandro Méndez, la primera actriz María Teresa Martínez recibe uno de Max Araujo al igual que Francisco Morales Santos. Mientras que la semana pasada Gerardo Guinea Diez recibía un tétrico mensaje similar con un libro de Araujo, y el poeta Paolo Guinea Ovalle, con otro de Serrano.

Se tiene identificado al autor de tales hechos gracias a las cámaras de vigilancia de una de las entidades y ya se ha procedido a las investigaciones del caso. En un país traumatizado, herido, violento como el nuestro, realizar tales acciones inmediatamente remite al pasado reciente, ese de las estanterías llenas de pedazos de seres humanos. Donde no solamente se mató al hombre, se quiso matar la idea y casi lo logran asesinando voces como la de Otto René Castillo, Roberto Obregón, Irma Flaquer o Alaide Foppa. Esa idea que quisieron matar es la de la libertad: de acción, de expresión, de locomoción, de empresa. Las baterías del estado esquizofrénico militar al servicio de empresaurios se dedicó a callar a los artistas, a quemar y prohibir la publicación de libros en Guatemala de supuestos enemigos de la patria. Mutilar la obra y cuerpo del poeta Castillo – arrancando su lengua, ojos, dientes, dedos - es un ejemplo feroz; o la aplanadora que le pasaron de pies a cabeza, lentamente a Obregón; o las desapariciones y supuestas muertes por tortura y violación sistemática a Foppa y Flaquer. Hay herencia y mensaje claro en todo eso: no se puede hablar sin un precio. Si lo que este tipo ha realizado es un “performance artístico” eligió el peor momento en hacerlo donde nos gobierna un ex general vinculado a abusos en tiempo de guerra, que representa al poder económico que le gusta cruzarse de brazos mientras los de abajo sobrevivimos a la antropofagia. The Hunger Games, no el juego de video, la vida real. Los índices de violencia actuales, la saña de las muertes, genera una paranoia colectiva. Estamos enfermos todos, amigos.

Mutilar un libro es simbólico. Como lo fue para los estadounidenses bajar con bulldozer la estatua de Hussein en 2003 o de los mujaidines volar con dinamita los budas dormidos de Bamiyán en 2001, la esvástica explotar por los aires gracias a los rusos en 1945; construir con los restos de los templos indígenas, las iglesias católicas en la conquista en el siglo XV. Quemar libros prohibidos y que molestaban la visión unilateral cristiana allá en Alejandría del año 400. Pira ardiente de libros en Berlín en 1933 y Memphis 1966 con los discos de The Beatles en llamas. Destruir los símbolos de la cultura popular, los íconos, es un acto de ruptura invasiva.

Al parecer es una “protesta” porque nadie le da espacios, nadie lo toma en cuenta y cosas por el estilo. Al carajo, estoy a favor de la libre empresa y de la competencia, de los méritos y de la calidad. Si los tiene, sobresaldrá, de lo contrario, será tragado por este tiempo como muchos otros artistas, empresarios, científicos, políticos, emprendedores, deportistas. Y no se trata de que esté en menos condiciones (excusa ridícula): hace “cine”, escribe, ha sido periodista, tiene acceso a la cibercultura. No, no lo acepto como protesta. Es simplemente pueril, de mal gusto e intimidante para los autores de los libros, como los receptores de tan nefasto paquete. Espero y quiero pensar eso, que es un hecho aislado de una mente desesperada en busca de su momento, de que los reflectores le peguen un poco de luz. Quiero pensar eso, no que sea un chivo expiatorio de una estrategia de intimidación más profunda, más estudiada, con un plan de desestabilización al mundo cultural, a los generadores de opinión. Me resisto a pensar eso.

Al tipo que cometió tales actos, le solicité una entrevista y sigo esperando la respuesta. Si accede, la publico acá y digo su nombre, no pretendo darle ese gusto gratuito. Ojalá así sea.

8 comentarios:

latigo dijo...

por lo visto es un frustrado... escribió un su texto en siglo 21 el 29 de diciembre pasado...

traería el enlace, pero cumpliré con lo que pide dardón :D

saludos

Anónimo dijo...

Que ridículos son los "intelectuales" guatemaltecos. Que bueno que siempre se quedan nadando en su propia mierda, de la que jamás saldrán :D

Anónimo dijo...

http://www.s21.com.gt/foro-sabatino/2012/12/29/escritor-post-etnicidad

Duffboy dijo...

El responsable de las misivas tiene demasiado tiempo en sus manos y demasiada amargura. Es la representación física de un troll de la web. Pobrecito. Gran texto, vos.

Anónimo dijo...

ke kere el bebe?????????

ATENCION

ta lindo bebe

la-filistea dijo...

Mi apoyo a ustedes Juan Pablo Dardón, ojalá puedas tener la entrevista. Hay que ver que tiene que decir el señor de los sobres.

Abrazos.!

Juan Pablo Dardón dijo...

Estimado Látigo, pues gracias, alguien compartió el vínculo de abajo y se lee claramente al autor. Un saludos y gracias por el mensaje.
Duffboy, claro, troll en vivo y en directo, muchos saludos mi querido hermano.
Filistea: muchas gracias por las lecturas y el apoyo, dudo mucho que acceda ahora a la entrevista, pero siempre sigo ofreciendo este espacio para ello. Un abrazo!

Más Información dijo...

bueno es un espacio debatible, y abierto muchos éxitos con el blog.