martes, 8 de julio de 2014

FILGUA


Feria Internacional del Libro de Guatemala suena a historias de fantasmas, a mitos urbanos, a imposibles. Es algo que no debería existir frente a ciertas mentes maestras del empresariado y la política de este país. Este país que cojea con una herida donde se posan muchas moscas, cada cuatro años.

Escuché a un dueño de la quinta parte de Guatemala decir que hacer ferias de libros acá es como darles caviar a los burros; es decir, no lo entienden y es un desperdicio. Vaya analogía.

El conocimiento, bajo su lógica, es exclusivo y va amarrado al poder económico. Pero él es un claro ejemplo de que dicha premisa no se cumple; es decir, él se ha alimentado de caviar y sigue siendo un burro.

Que un pueblo se instruya y busque la lectura como un bien de consumo diario, no es prioritario, para buena parte del empresariado. No lo es tampoco para los políticos que ganan muchísimo con tener a un país analfabeto.

La política educativa no se centra en la investigación y exploración de la creatividad, sino en la uniformización de mentes que le ofrece al poder, mano de obra barata y tecnificada. El obediente crece, el contestatario es extirpado.

No hay intelectuales, y los pocos, juegan un arrancacebollas eterno con sus opuestos sobre si la derecha es mejor que la izquierda, muy productivos ellos. Es un pulso que se ofrece a diario en las columnas de opinión y que genera mareas que afectan a poquísimos porque a la gente no le gusta leer. * Al poder político y económico le gusta esto.

Se sataniza la creatividad, se prohíbe ser un pensante, el obrero es un código en el departamento de recursos humanos, es una carga, es un problema cuando hay que pagarle sus prestaciones. Y no señor, no soy un marxista.

Si al igual que yo, usted cree que el ser humano desarrolla su mejor potencial por medio del conocimiento, le recomiendo apoyar a Filgua, lleve a su familia, invite a sus amigos, consuma libros y cultura, que es la mejor forma de consumismo. Y no, señor, la Filgua no me pagó este espacio.

Leer le produce inconformidad y herramientas. Le hace un inconforme al conocer más cosas, al ampliar su paradigma, al abrir su mente a nuevos conocimientos. Y le ofrece herramientas al aprender a buscar soluciones a su estatus actual y luchar por cambiarlo. Cambiar su entorno es hacer patria, es avanzar como especie.

Es el libro la herencia del conocimiento del hombre. Acompáñeme a promover la lectura, a que el mundo –su mundo– sea mejor, si nuestros universos personales avanzan está dejando ejemplo, cultura de cambio. La entropía genera cambio.

La literatura a lo único que le hace daño es a la ignorancia en el sentido de que la erradica, no en el sentido literal, por mucho que me hubiera gustado darle con el lomo de La Divina Comedia en la cabeza al exitoso y poco ilustrado empresario. 

Lea un libro, le va a gustar, se lo recomiendo. Filgua se inicia este jueves en el Parque de la Industria.

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