miércoles, 15 de octubre de 2014

LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO


Fue en 1963 cuando un desafinado, entelerido y despeinado Bob Dylan cantaba aquello de The Times They are a Changing, tema del álbum homónimo que daría cabida a un movimiento artístico que alcanzaría a las altas esferas políticas y económicas en Estados Unidos.

Esa canción trata de cómo los tiempos cambian a favor de los seres que llevan su cuenta: los humanos. El statu quo de los pocos que ostentan el poder no puede permanecer siempre como tal, no se detiene el inexorable avance del tiempo, es imposible.

Varios sucesos de los últimos 21 días me han dado cuenta de ello, he sido testigo de un pequeño cambio, de breves destellos que en la extensa noche que vivimos como país, algo empieza a resplandecer. Y eso es bueno.

El video de Raquel Pajoc Pa´Capital es un éxito (producción Fernando Scheel). Se vea donde se vea: para los detractores puede que sea una caricaturización de un fenómeno migrante doloroso, como es el desarraigo de las costumbres, el rompimiento lingüístico y la sumisión hacia una cultura paternalista y abusiva.

Para los entusiastas, personifica a una masa de personas antes sin voz y que le ofrece un lugar –merecido lugar– en el diario vivir de la clase media/alta. A pesar de lo incómodo que les parezca a un buen porcentaje del segmento A y B, que también son mujeres y tienen derechos. A pesar de los esfuerzos de hacerlas invisibles y tratarlas peor que a los perros consentidos de esas grandes casas.

Los estudiantes de robótica de un colegio privado ganaron un concurso latinoamericano de tal disciplina. La ciencia está en ellos. Y si hay ciencia, hay progreso. Como la noticia de los hindúes que llevaron una misión espacial a Marte con un tercio de lo que costó filmar Gravity, de Alfonso Cuarón. 

La magistrada Claudia Escobar lanza un bofetón al sistema judicial al renunciar por haber sido testigo de un proceso viciado. Detrás de ella, un contingente de jueces solicita que se repitan las elecciones por claros cuestionamientos interinos, de medios de comunicación y de varios sectores sociales.

El diputado Gudy Rivera cae por sus declaraciones al intentar sobornar/coaccionar a la magistrada, es uno de las decenas de sucios hijos de puta que venden al país a costa de su propio enriquecimiento. Tejedores de una red de corrupción que daña a todos, menos a la clase política y los empresarios malditos que viven de su sangre. Hijos de puta todos, insisto.

Todos los guatemaltecos somos testigos, conocemos a diario, o tratamos con personas que son beneficiadas de la corrupción, tráfico de influencias. Sabemos quiénes corrompe, quiénes se dejan corromper. Es hora de romper con el rumor y pasar a la denuncia. Ya no más miedo.

Los tiempos están cambiando y espero sean igual de revolucionarios contra un sistema clientelar, nepotista y caduco. Por la libertad de oportunidades que todos merecemos, por la libertad de acción, por la libertad de expresión, ojalá así sea.

Mientras tanto escucho a Dylan hacer el llamado “Vengan senadores, congresistas / Por favor, presten atención a la llamada / No se paren en la puerta / No bloqueen el pasillo / Hay una batalla afuera y es furiosa / Va pronto a agitar sus ventanas y paredes / Porque los tiempos están cambiando”.

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