viernes, 22 de abril de 2016

RECETA PARA HACER UNA PIZZA



Llegar un viernes cualquiera a la casa luego de pelear contra el tráfico impasible. Abrir una botella de Moscato D´asti y dejar que el espumoso y dulce sabor invada la maldita tarde.

Hacer la base de la pizza entretejiendo los dedos en la masa, ahorcándola con ese odio acumulado de la semana. Extenderla en una hostia grande.

Poner el horno a 350 grados Celcius para que se quede quieta esa amorfa masa que se contrae y expande.

Luego de cinco minutos extraerla y untarla de aceite de oliva antes de perforarla con un tenedor. Apuñalarla con un tenedor. Dos y diez veces. Regresarla al horno para que se dore el cadáver.

Untar la pasta de tomate con ajo, cuidar que no se salga de los bordes, regresar a la gota esa de salsa de tomate que se quiere escapar. Esparcir mozarela sobre el universo rojo.

Cortar salame milano a la mitad y colocarlo sobre la cama de queso en forma de ciclo de la luna. De llena a nueva. Jamón curado en miel y encima de ello, un marble Jack, cuatro lascas para darle forma de esfera de reloj.

Encima parmagiano reggiano en virutas. Ir al jardín y cortar albahaca y ponerla encima. Basilico le llaman los italianos a esa hoja aromática. Siempre me ha recordado al Basilisco aquella bestia mítica que mataba con la vista. El rey de las serpientes y los lagartos. Jim Morrison en planta.

Diez minutos más al horno y dejar que los jugos de la salsa se hundan en la base. Extraerla y ponerla en una sartén a fuego alto para tostar la base, llevarla al punto del incendio para que selle y quede crocante.

Partirla en cuadrantes y poner música vieja cubana. A Omara Portuondo y que suene “20 años”. Yo siempre llego 20 años tarde a todo.

Sentarse con las ventanas y puertas abiertas de la casa y dejar que el viento fresco del infierno entre.

Verla. Ver la pizza antes de comerla así como se come la nostalgia de ser un hombre grande y solitario.

Provecho.





2 comentarios:

  1. Por el título pensé que seria alguna historia turbia de las aventuras de un repartidor de pizzas... ya me dieron ganas de buena pizza...

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  2. No me gusta la pizza, aunque entiendo la catarsis de prepararla (algo así siento cuando preparo ceviches) pero la canción...uff...gracias por ponerla en tu blog y permitirnos escucharla otra vez. Saludos

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