PORCELANA ROTA, por Jan Teunissen
He venido a
sentarme en el sofá
esta tarde de diciembre
el aspersor a
todo lo que da el agua
lame el jardín
el tiempo lo
dicta ese metrónomo
que ametralla mis
plantas
Cuando me dejo
caer en el sillón color café
vuelan los
zancudos que sobrevivieron
a la helada de
anoche
van hambrientos y
lento
muriendo a cada
aletazo
de sus breves
helicópteros
No sé qué hacer
No sé si estar triste
o alegre o muerto
no hay motivos
para echar a andar el corazón
la memoria me
coloca las ofertas en la vitrina
pero todo es tan made in china
¿Será que al fin
destruí toda la porcelana que fuiste?
Ya nada hace
ruido cuando camino
el horno de la
casa está mudo
afuera
unos niños como
yo lo fui
celebran la vida
y el viento y la vida
Quisiera salir a
verlos porque hace años
que no voy al
zoológico
allí estarán
correteando una pelota o una gallina
lanzan cuetes
para espantar a la noche
los ojos bien
abiertos y las mejillas mojadas y frías
sus mascotas los
persiguen y…
Neh
Que se pudran ellos y sus sueños y su instante
que se pudran
como yo me podrí
Ahora pienso si
en verdad habré limpiado bien la casa
repaso cada
detalle buscando algún olvido
una esquina del
mueble de la cocina
atrás de la
cortina o debajo de la cama
busco un pedazo
de tu vajilla
que haya olvidado
recoger
un trozo de tu
porcelana para tomarlo entre mis dedos
y calentarlo
porque supongo que
estos fríos te hielan la piel
Acariciarlo
como se acaricia
el pelaje de una gata
que ronroneaba
sobre mis piernas
las tardes de
diciembre
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